Reproducción de la tortuga egipcia (Testudo kleinanni), Ed Pirog


Traducción de Pirog, E, (2001). Breeding the Egyptian Tortoise. Reptiles Magazine, 2(9):76

Lo que viene a continuación no es una guía de “como criar” la tortuga egipcia (Testudo kleinmanni), sino más bien algunas observaciones hechas durante un periodo de 5 años durante el que he tenido la suerte de criar esta especie. Durante algunos años he tenido bastante éxito, pero aún es difícil para mí especular sobre qué es exactamente lo que hace que los jugos amorosos se pongan en marcha con esta diminuta especie.


En el otoño de 1992, obtuve mi primer grupo de tortugas egipcias. En esa época, muy poca gente siquiera había oído hablar de esta tortuga, ni la había mantenido, y menos aún criarla. Los primeros dos años apenas me las apañaba para mantener a estas pequeñas criaturas vivas, porque muy poco se sabía entonces de ellas y de su tímida conducta. No les va nada bien un entorno muy cerrado. Creo que el clima natural de San Diego, California, donde yo vivo, tiene mucho que ver en mi éxito.

En la primavera de 1993, se empezó a importar la tortuga egipcia a los Estados unidos en grandes números, así que añadí un segundo grupo a mi rebaño. Estos animales, dos machos y siete hembras, formaron la base de mi grupo de cría.

El primer apareamiento ocurrió durante la primera semana de mayo de 1993. Observé apareamientos a un ritmo casi diario hasta la segunda semana de Septiembre. Las temperaturas y condiciones fueron muy calurosas y secas, con temperaturas constantemente rondando los 31ºC o más, hacia las 10 de la mañana. Las tortugas parecían responder bien a este clima.

La primera ocurrencia de puesta fue observada en la segunda semana de Julio de 1993. Un nido fue descubierto conteniendo 3 huevos. El día después encontré otros 2 en el mismo nido. Estos huevos no fueron olvidaos por mí el día antes, sino que la hembra los puso después de que yo cogiera los 3 primeros. Esto resultó ser un patrón común, con hembras depositando huevos durante un par de días. Ellas realizaban esto haciendo un nido, llenándolo y depositando huevos en otra fecha, de nuevo en el mismo nido. La puesta normalmente tuvo lugar por la mañana temprano o a última hora de la tarde, siendo la primera de ellas la más frecuente. Los nidos siempre estaban localizados debajo de un manojo de hierba, de manera que tanto la tortuga como los huevos quedaban escondidos, o también debajo de cualquier forma o estructura en la que la tortuga pudiera meterse. Después de la consecución de las puestas, las tortugas las tapan concienzudamente y arañan la superficie de las mismas, además de toda el área alrededor de la puesta, escondiendo así su lugar.

A través de los años, he observado que una sola hembra puede poner desde uno a cuatro huevos por puesta, y depositar hasta cuatro puestas por temporada. El mayor número de huevos depositados por una sola hembra ha sido de 11. Esto demuestra que esta pequeña tortuga puede ser bastante productiva. Los huevos eran de forma ovoide y pesaban entre 8.9-12.8 g. En un periodo de 3 años 68 huevos fueron producidos por 7 hembras, con 41 nacimientos.

Cuando los primeros huevos de kleinmanni fueron puestos en mi colección, los trasladé de su nido natural y los coloqué en vermiculita que contenía agua en un ratio de 1:1 al peso. Desafortunadamente esto era demasiada humedad. Muchos de los huevos se agrietaron o explotaron antes de nacer. Creí entonces, que la humedad era la causa de esto, así que los huevos fueron trasladados a arena silícea, humedecida ligeramente al principio. Nada de agua se añadió después de esto. Esto pareció aliviar el problema de los huevos.

Incubé los huevos a una temperature de 28-31ºC, suponiendo que el sexo de las crías era dependiente de la temperatura de incubación (común en los reptiles) y que el punto medio estaría alrededor de los 30ºC, como así había sido determinado con otras especies de Testudo. Permití que la temperatura variara con la esperanza de producir un buen balance de machos y hembras. Más tarde descrubrí el sexo de las crías, con un 25% de ellas siendo hembras y un 75% machos. El tiempo de incubación fue de 85-126 días. Alrededor de los 95 días los huevos eran comprobados. Cuando el nacimiento empezó, fue causa de mucha alegría. Incluso con puestas posteriores, este sentimiento se ha mantenido igual.

Disfruto a fondo de las tortugas egipcias y animo a otros criadores de kleinmanni a compartir sus datos y reflexiones sobre la cría de esta enigmática especie.